Telarañas en la Av. Rivadavia (y en todas partes, para ser sincero)








Y bueno, tampoco se ve demasiado en esta foto. Sí se puede ver otra de las cosas que detesto: los miles de cables que cruzan por todas partes.

Siempre me acuerdo de la época nefasta del menemismo, cuando se vendió la compañía de teléfonos Entel a Telefónica y Telecom. Una de las pocas cosas buenas que empezaron a hacer fue pasar todos los cables bajo tierra. Lo tragicómico fue que, también por esa época, empezó copar el mercado la televisión por cable. Surgieron varias empresas casi al mismo tiempo y todas pugnaban por cubrir con sus redes la mayor cantidad de superficie posible. Era algo de locos. En cada cuadra se podía ver algún grupo de operarios instalando cables, pero aéreos. Cada compañía de cable no sólo colocaba sus cables, sino que cada cual plantaba un poste en cada esquina. Se podían ver racimos de 4 o 5 postes por esquina, de los que salían los cables para las casas.

Es decir, mientras los cables de teléfono al fin eran colocados bajo tierra, el problema se multiplicaba por 10 gracias a los señores de la televisión por cable (ya lo podrán apreciar en esta foto)

En lugar de negociar con las telefónicas para hacer todo conjuntamente, no... que se jodan los peatones y los vecinos de esos barrios.

En fin, cosas de mi país...

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