El peluquero (mi personaje más detestado)





A unas 4 o 5 cuadras de la casa estaba la peluquería. Para nosotros era como una especie de sala de torturas.


El peluquero, un hombre que al menos a mi me parecía viejo, no era muy sutil en el manejo de los instrumentos "peluqueriles". En especial una maquinita que se accionaba como si fuera una tijera, pero que en la parte de corte tenía la forma de un peine metálico. Se graduaba según el largo que se deseaba el cabello. Supongo que a nosotros nos cortaría con la gradación 1 a los costados, porque nos lo dejaba bastante corto.


El problema con éste peluquero era que, al cerrar la máquina (repito, como se hace con las tijeras) para cortar, y al moverla luego para cortar en la zona inmediata, no abría... o demoraba un segundo más de lo debido para abrirla y entonces nos provocaba insistentes tirones de pelo que hacían que lo odiara y le temiera profundamente...


En la foto se ve lo que fuera la peluquería. Hoy el local está ocupado por un quiosco.


Está sobre la Av. Sarmiento a menos de una cuadra de Mercedes.


Aquí estoy yo después de pasar por el suplicio del peluquero. Tal vez haya sido en repudio a éste señor que durante mi adolescencia (y aún hoy, aunque ya en menor medida, claro...) siento una fuerte aprehensión hacia los peluqueros y las peluquerías... jaja

2 comentarios:

Simone Toda Poesia dijo...

Por acaso, ou por alguma curva do tempo, no meio do meu caminho noturno, teu blog passou pela minha frente, e eu parei pra olhar. E não me arrependi, nem um pouquinho; aliás, estou encantada, e já favoritei os teus dois blogs. Há muita coisa interessante neles. Acompanharei tuas postagens, com toda certeza. Saudações poéticas

marcelo boetto berlusconi dijo...

A fuerza de sucesos y algunas evidencias, de a poco me voy convenciendo de que nada es casual. De que todo (o casi todo, para no ser tan contundente) tiene una razón. Me alegra mucho que hayas dado con éste rincón en la curva del tiempo... Será un gran gusto poder verte de nuevo en otras ocasiones.
Tengo una relación bastante cercana con Brasil. Viví algo más de un año allá y tengo una familia muy amiga...
Gracias también por acercarme otro poquito de tu hermoso país.
Un beso
Marcelo