Aún danza tu voz...


"¿Quién fue el raro bicho que te ha dicho, che pebete...

Tengo un recuerdo, tierno azote:
tu fresca risa en el andén
y aquella ingenua intrepidez
de andar la vida sin reproches.

...que pasó el tiempo del firulete...?", milongueabas feliz a lo Julio Sosa...

Un canto opaco y monocorde
(como un adiós)
nos trajo el tren,
con su ilusión de enmudecer
tu voz de risas y derroche.

Vías arriba
te fue llevando hacia la ausencia,
que no es olvido ni silencio.

El espanto y la desmemoria
no se llevaron tu sonrisa
ni aquella mirada cantora.

"¿Quién fue el raro bicho que te ha dicho, che pebete...

...danza tu voz junto a la brisa
que te contiene, protectora...
Ave y pañuelo que eterniza.

... que pasó el tiempo del firulete...?"

marcelo boetto

8 de marzo de 2004


En memoria de Víctor Bruschtein Bonaparte, amigo y compañero de estudios en el Colegio Nacional de Morón (Pcia. de Buenos Aires), hoy Colegio Manuel Dorrego.



Víctor junto a su primera sobrina y una compañera
Victor Bruschtein Bonaparte
Desaparecido el 19 de Mayo de 1977 junto a su compañera Jacinta Levi Tenía 24 años
Fueron secuestrados en su casa

2 comentarios:

Manoushe-Mónica Font dijo...

Y vine nomás, porque ya me copé con los blogs personales. No sabía que ya habías hecho este aporte.Honestamente, ver "su sonrisa" como tan bien lo homenajeás, produce escalofrios.Hermoso muchacho. Muchas veces me pregunto cuando veo caras de desaparecidos, cómo puede haber pasado todo lo que pasó. Una no puede imaginar en estas miradas, en esta juventud, en esta sonrisa promesa a futuro, un final abrupto e inconcebible.Uno no puede ver ni intuir violencia, maldad ni crueldad allí dentro.Cuántas cosas se llevaron ellos y no tuvieron voz ni para defensa.

bomar dijo...

En cualquier época, en cualquier momento de la historia siempre resultó "peligrosa" y "sospechosa" la juventud. Más aún cuando los jóvenes se atreven a pensar y a cuestionar. Pero lo que se manifestó por aquellos años fue algo de un nivel de irracionalidad, de barbarie e hijoputez tan inmensa que no es posible llegar a entenderlo cabalmente.
Así como Víctor, fueron miles los que pagaron las peores consecuencias. Está en nosotros no olvidar, seguir exigiendo justicia y no hacer caso de ese pensamiento esquizofrénico de que "hay que enterrar el pasado y mirar para adelante" (!!!???)
Nada, jamás, podrá justificar ni hacer olvidar el genocidio...