1958 (II) de independencias, influencias, modelos y demás yerbas.

Papá hacía su parte con los tarros durante los fines de semana, porque en los días hábiles trabajaba en el centro, ahora en el I.A.P.I (creo que las siglas significaban algo así como "Instituto Argentino para la Promoción Industrial). Volvía a casa alrededor de las 9 de la noche. A veces mas tarde, dependiendo del servicio de trenes o de que no hubiera alguna huelga de ese gremio, que en algunas épocas se hicieron constantes.

Como ya dije antes, no recuerdo si en esos primeros años de la Escuela Modelo de Castelar íbamos caminando o nos llevaba mamá con su bicicleta. Seguramente sería lo primero porque no creo que nos llevara a los dos juntos.

Ese mismo camino a la escuela lo haría muchísimas veces en el futuro. Primero yendo al colegio y despuès al Club Argentino. Al club iba más o menos regularmente a lo largo del año. Durante el verano era una cita infaltable cada día. El motivo: la pileta. Era un imán irresistible para mi.
En esa época era una de las pocas piletas de natación que existían en la zona. Me parecía enorme, pero con el tiempo me dí cuenta de la realidad: era bastante chica, especialmente comparada con las que fueron apareciendo con el tiempo. Tenía apenas 25 metros de largo.

Volviendo al tema de la escuela, de pronto sentí que empezaba a ser grande. Por supuesto que no lo tenía claro en ese momento, pero era una sensación que descubrí tiempo después. Había llegado el momento de calzarme el primer atuendo escolar. Con 5 años a cuestas ya había reunido la suficiente experiencia como para encarar ésta nueva etapa, aunque seguramente no la suficiente madurez como para no sentir un poco/bastante de miedo y, lógicamente, ansiedad.
Asimilado todo lo que un pibe a esa edad debe asimilar cuando pisa por primera vez una escuela, el período del Jardín lo pasé bien.
Una de las imágenes que me quedaron es la de la entrada, donde nos juntábamos chicos y padres algo atropelladamente. Multitud de chicos (o eso me parecía). Recuerdo un alambrado con algún tipo de planta trepadora que nos separaba de los chicos "grandes" de la primaria a la hora del recreo.

Hablando de imágenes, la de ese año es una de las tantas fotos que no puedo encontrar. Las fotos escolares eran, como siempre, dos: una grupal y otra individual. En la individual, yo estaba sentado en una de las mesitas de la sala con algunos papeles, pinturitas y cosas así.

El primer año de ir y venir por esas 6 o 7 cuadras, me revelaba cada día alguna cosita nueva que almacenaba en mi mochila (pequeña aún, pero lo suficientemente elástica como para meter todo lo que se me presentaba por delante). Por supuesto que ir, además, con mi hermano mayor me daba (a mi infantil parecer) otra categoría, otro status. Era como ir infiltrándome subrepticiamente por la puerta grande de la "adultez" que representaban sus 9 años y todo su "bagaje de experiencia". Creo que difícilmente un hermano mayor llegue a dimensionar la importancia e influencia que en gran parte de la vida tiene o tuvo o tendrá en sus hermanos menores. Seguro que podrá analizarlo, sopesarlo y sacar conclusiones muy ajustadas a la realidad y tendrá una idea muy próxima, pero siempre quedan muchas cosas imperceptibles aún para uno mismo. Detalles, gestos, modos y formas de ver el mundo. A medida que uno va ganando ciertas "independencias" de los padres, busca (por lo general de manera inconciente) otro nuevo modelo a seguir, a alcanzar. Y ahí está, bien a mano, el hermano mayor. Claro, nosotros (los hermanos menores) no nos damos cuenta de que ellos, a su vez, tienen sus propios modelos a seguir y ni adivina ni sospecha que ellos son modelos de alguien más. En consecuencia, hace su vida como mejor le parece y como mejor puede, acumulando sus propias experiencias y golpeándoses una vez y otra y así, a los tumbos, ambos llegamos a lo que somos, para bien o para mal. Alejándonos y acercándonos, pero siempre ligados por algo más que la comunión sanguínea. Son las pequeñas experiencias y complicidades que se van acumulando, una a una, desde siempre.

No hay comentarios: