Al fin, Castelar...!!! (3)

Que todas las cosas que uno recuerda de la infancia suelen llegarnos distorsionadas no es cosa sólo mía. Y no únicamente de la infancia, sino que en general, todo aquello que uno mira con cierta distancia de años sufre , en mayor o menor medida, de ese fenómeno distorsivo.

Cuando volví a pasar por enfrente de la casa, varios años despuès de habernos mudado, noté que el ancho de las veredas y del césped que llega hasta el cordón de la calle no era tan grande como creía recordar. Para mí era casi como la cancha de Boca, más o menos. Más aún cuando finalmente instalaron un buen sistema de iluminación en toda la avenida y en verano podíamos quedarnos jugando a la pelota hasta que ya era de noche. Pero esto fue algunos años más tarde. Hasta ese momento había iluminación, pero deficiente.

La avenida Sarmiento, donde estaba nuestra casa, era de las pocas calles asfaltadas del barrio (el barrio Parque Ayerza, que llevaba ese nombre porque antiguamente esos eran terrenos de la familia Ayerza, justamente). Según ví en la guía Filcar hace unos días, aparentemente ya no sería más avenida. Figura como una calle común. Hace rato que no paso por ahí, así que no sé si será así o es un error de la guía.
Lo cierto es que las calles que rodeaban la casa eran todas de tierra o mejorado. Sólo cuatro cuadras hacia el norte estaba la calle Alem, que tenía asfalto. Era casi una frontera para mí. Rara vez crucé para el otro lado de Alem. Me acuerdo que en una de esas ocasiones descubrí una casa muy vieja y derruída a unos 20 o 30 metros de Alem, sobre Monte (que ya no es más "Monte"). En la puerta había una viejita que parecía (o me pareció a mí en ese momento) una de esas brujas de los cuentos... por el aspecto y porque, además, fumaba en pipa y hasta toscanos. Pasé algunas veces más por ahí para ver a la viejita, siempre sentada cerca de la puerta de su vieja casa y con la pipa o el toscano en la mano... Claro, después ya pasó a ser sólo algo pintoresco, pero al principio no oculto que me producía algo de miedo y el ir hasta ese lugar era algo así como un infantil placer morboso...

Lo que abundaba en esos primeros tiempos castelarenses eran los terrenos baldíos, lugares que poco tiempo después serían nuestros espacios favoritos de juegos y aventuras con los otros chicos del barrio (que eran muchos, realmente)

A Héctor lo anotaron en la Escuela Modelo, de Castelar. Quedaba (queda) a unas 7 u 8 cuadras de la casa, sobre la calle Mercedes (que es una de las principales que unen toda esa zona con el centro de Castelar). No recuerdo si lo llevaba mamá caminando o con su bicicleta inglesa Raleigh, que le habían regalado a sus 15 años y que Héctor y yo usamos también tiempo después.
Yo todavía, como dije antes, no iba a la escuela así que un rato por día disfrutaba de ser hijo único.

No sé cómo sería el viaje de papá desde el trabajo a Burzaco, pero con el tiempo supe cómo viajaba desde la estación Once ( o Misserere, si bajaba por la plaza de Once) hasta Castelar. Al menos en los años de la presidencia de Illia, cuando le hacía huelga todo el mundo. Papá llegaba destruído a casa despuès de pasar hasta 2 o 3 horas encerrado en el tren repleto de gente. Sobre todo en verano era un verdadero suplicio. Pero eso no hacía que renegara de habernos mudado al Oeste. Creo que, a fin de cuentas, él sentía que era un precio menor por gozar del placer de aquella casa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La escuela Modelo de Castelar no quedaba en la calle Mercedes sino en Carlos Casares y Loreto. En la calle Mercedes, cerca de la estación estaba la escuela Rivadavia, y la entrada principal de ésta por la calle 2da Rivadavia, frente a la vía y a pasos de la estación de tren.

Anónimo dijo...

Correcto Carlos Calle del colegio cuya directora era rela Sra
icelli de Garcia, como no los voy a recordar si he pasado lo mejores años de mi vida en ese cole, hasta me hecharon por mala conducta (solo travieso) recuerdo al Sr Garcia siempre con su cigarrillo en la boca dando sus pobres clases de dibujo, Eve una de las hijas de la directora maestra, y siempre recuerdo a mi querida maestra de cuarto grado que se murio, venia en motoneta, no puedo reordar su nombre. soy Jorge Manolizi, quien me recuerda ?

Anónimo dijo...

Hola, Jorge, yo te recuerdo. soy Maria Cristina Villalonga, de la promocion 1963. Tambien mis hermanas fueron a la escuela Modelo. La Maestra era Irene Ciarrapico. Una divina. Si, fue una gran perdida. Estoy buscando contactar con los companeros promocion 1963. Este anio son los 50. Un gran abrazo. Espero tu respuesta. MCV